Murió “Pepe” Mujica, el guerrillero que llegó a presidente y se convirtió en símbolo mundial de la izquierda

🕊 José “Pepe” Mujica falleció este martes 13 de mayo a los 89 años, tras luchar contra un cáncer de esófago. Su vida fue un testimonio de resiliencia: guerrillero, preso político durante 13 años, dirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), y finalmente, presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.

De la guerrilla a la presidencia

Mujica fue detenido en múltiples ocasiones durante su participación en la lucha armada, protagonizó fugas de película y pasó largos años aislado durante la dictadura uruguaya. Fue liberado con el retorno de la democracia en 1985 y pronto se convirtió en uno de los referentes del Frente Amplio.

Con una personalidad sencilla, carismática y profundamente humana, llegó a la presidencia en 2010, destacándose por su estilo austero —vivía en su chacra, usaba un viejo Volkswagen Fusca y donaba la mayor parte de su sueldo— y por su discurso centrado en la paz, la igualdad y la defensa del medioambiente.

Reconocido en el mundo

Mujica fue una figura respetada y admirada internacionalmente. Desde su encuentro con el papa Francisco hasta sus diálogos con líderes como Barack Obama y Angela Merkel, su figura trascendió fronteras. Inspiró a generaciones con frases como:

“El odio nos destruye. En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio”.

Un legado imborrable

Pepe Mujica se mantuvo activo en política hasta sus últimos días. En agosto pasado había impulsado una inesperada jugada electoral junto a su compañera de vida y de lucha, Lucía Topolansky. Murió siendo uno de los políticos más queridos del país.

Su historia, que comenzó en una casa humilde, entre flores, bicicletas y sueños revolucionarios, terminó como una leyenda viva que deja una huella imborrable en la historia latinoamericana.