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El Gobierno confía que la crisis en Brasil y el juicio a la Corte minimicen el dato de la inflación

La Casa Rosada buscará fogonear la arremetida contra el máximo tribunal para acaparar la agenda mediática. “Es clave para el Presidente sostener esos temas y así tratar de ‘surfear’ la ola de la suba de precios”

Este jueves es un día clave para el gobierno de Alberto Fernández: a las 16 se va a conocer el índice de precios al consumidor de diciembre de 2022. No es un índice más: es el cierre de unaño nefasto si de inflación se trata.


El ministro de Economía, Sergio Massa, aspira a que el índice de diciembre “empiece con 4″, algo que le permitiría bajar al 3% en abril, si la tendencia logra estabilizarse.


No es tarea simple. Diciembre es un mes en que la demanda de bienes y servicios presiona fuerte a la oferta. Eso, por lógica, genera suba de precios. Navidad y las vacaciones de verano, además, son variables centrales. Y el cobro del medio aguinaldo (en el caso de los trabajadores registrados) y de los bonos (para los beneficiarios de planes, jubilados y más) en un país con la moneda ultra devaluada hace que la tendencia de comportamiento colectivo sea de desprendimiento de pesos. Tradúzcase: nadie quiere conservar pesos que cada día valen menos.

Quizás por eso es que el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza cada mes el Banco Central estima una inflación del 5,5% para diciembre. Más allá de quién tenga la razón, la suba de precios de diciembre será elevada. Y eso es siempre una mala noticia.


“Es clave para el Presidente sostener en agenda el juicio político contra la Corte Suprema y seguir pendientes de lo que pase en Brasil para copar un buen porcentaje de la agenda pública y así tratar de ´surfear´ la ola de la inflación con cierta serenidad”. Así se explaya una fuente de la Casa Rosada.


Y agrega: “Ojo. Tampoco somos zonzos, eh. Somos conscientes de que el bolsillo es la preocupación central de la gente. Pero para nuestro electorado duro, al que necesitamos mucho para sobrevivir el primer trimestre, ´justicia´ y ´Lula´ son causas relevantes”.


Los desafíos del Gobierno en los primeros meses de 2023

El Presidente sabe que sobrellevar dignamente la crisis económica es un arma de doble filo, ya que enderezar la economía son “laureles para Massa”. Si Massa “la pega”, inmediatamente se convierte en candidato a presidente. “Paso a paso. Eso podemos ver cómo lo resolvemos más adelante. Primero, mejor, que la economía se ordene”, confiesa un asesor cercano al jefe de Estado.


En materia judicial, la cosa es “resucitar a un muerto”. Así califica un importante diputado nacional oficialista al desafío de instalar la necesidad de un juicio político que “jamás prosperará”. Conscientes de eso, es que, en el afán de sostener la noticia, el Gobierno -a través de algunos legisladores- agita la idea de citar a los jueces de la Corte a comparecer ante la comisión de Juicio Político.


¿Cuáles serán, en ambos temas, los próximos movimientos?

En materia económica “vamos a resaltar que la inflación -aun alta- sigue bajando”, cuenta un referente del Ejecutivo. “Necesitamos marcar con claridad que el plan de Sergio se cumple”, agrega en relación con la idea del ministro Massa de llegar a los 3 puntos para el cierre del primer cuatrimestre de 2023. Ahí la variable central -que forma parte del fenómeno inflacionario- es la expectativa.


No es menor. Hacer política es -en parte- crear expectativa y lograr que el gran público sienta que un futuro mejor es posible.


En materia de juicio político, el Gobierno apostará a dilatar un debate cuyo final ya saben será negativo. Dilatarlo es convocar a sesiones de comisión eternas, citar a los magistrados, llevar invitados rimbombantes, etcétera. Y “que el tema se sostenga en los medios de comunicación”. Así “la oposición pica y discute” y “el electorado duro se fideliza”, reconocen.


Brasil es una apuesta menor, pero válida: no está 100% en la manos del Gobierno ni la responsabilidad y ni la chance de sostenerlo en la cima de la agenda pública. Depende en parte de las propias circunstancias (si los militantes pro Jair Bolsonaro vuelven a atacar el Estado de Derecho en Brasil) y del propio Lula da Silva (si habilita la colaboración de los mandatarios latinoamericanos).


Alberto quiere convocar a la CELAC. Eso le da protagonismo pleno ya que preside. Pero Lula está concentrado en resolver la crisis y por ahora no invita”, cuenta una fuente de la política exterior argentina.


Todo suma en un enero que -otra vez- no da respiro, con el agravante de tratarse de un principio de año electoral para un Gobierno en crisis.



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