A dos días de que concluya la vigencia de la medida que establece que solo 600 personas al día podrían ingresar al país, lo que provocó que miles de argentinos no puedan volver al territorio nacional, el gobierno de Alberto Fernández estudia seriamente la posibilidad de extender la medida por dos semanas más.
La principal promotora de esta decisión es la propia ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien le habría pedido al presidente que ratifique la medida, sobre todo por temor al ingreso de la cepa Delta del coronavirus.
Si bien hasta el momento solo se detectaron casos aislados en pasajeros que vinieron del exterior, esta variante todavía no circula de manera comunitaria. La funcionaria también se muestra preocupada por la posible llegada de una tercera ola de contagios de COVID-19.
Tanto este último, como la cepa Delta, son los principales argumentos para extender el cepo a los viajeros que entran desde el exterior.
La decisión tiene el aval del ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan. Incluso, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, manifestó la importancia de “disminuir los viajes internacionales” y pidió que “haya la menor interacción posible con el exterior”.
Quien en los últimos días también apoyó la medida es el ministro de Economía Martín Guzmán, quien respalda el desaliento de viajes al extranjero, que demandan dólares; estas restricciones colaboran con el gobierno con el cepo a la compra de moneda extranjera y el cuidado de las reservas.
