🚨 Trelew: se entregó un prófugo, pero otro sigue desaparecido pese a estar “bajo palabra de honor”

José Luis Curruman, de 27 años, rompió la tobillera y se fue de la casa del barrio Unión, en Trelew, donde cumplía prisión domiciliaria. 

Dos de los tres evadidos ya fueron recapturados. El restante continúa prófugo y el caso desató una fuerte polémica por el uso de domiciliarias sin control efectivo.

En las últimas horas, José Luis Currumán, uno de los tres detenidos que se habían fugado de sus prisiones domiciliarias en Trelew, se entregó a la Justicia. Estaba alojado en su vivienda del barrio Unión con tobillera electrónica, la cual cortó el pasado viernes antes de darse a la fuga. Permanecía en prisión preventiva por intentar ahogar a su expareja en el Río Chubut en febrero.

Currumán se presentó voluntariamente en Fiscalía este miércoles, cinco días después de su escape. Su situación será ahora analizada por los Tribunales, donde se decidirá si permanece bajo arresto domiciliario o es trasladado a una celda común.

El caso más polémico: prófugo “bajo palabra de honor”

Distinto es el caso de Hugo Severo Torres, quien aún continúa prófugo. Torres, con 18 causas penales previas, fue beneficiado en abril con arresto domiciliario sin tobillera y sin custodia, por decisión de la jueza Lilian Bórquez, quien confió en su “palabra de honor”.

Torres había sido condenado por robos con inhibidores en Comodoro Rivadavia. Ya se había fugado en una ocasión anterior, y tras romper su tobillera, el Ministerio de Seguridad se negó a proveerle una nueva. Ante esto, la jueza Bórquez optó por mantenerlo en su casa sin ningún tipo de monitoreo.

El resultado fue el previsible: se escapó nuevamente hace una semana y desde entonces no hay rastros de su paradero. Esto generó fuertes críticas del ministro de Seguridad, Héctor Iturrioz, quien expresó:

“Estamos poniendo en riesgo a la sociedad. Las tobilleras pueden ser útiles para autores primarios, pero no para delincuentes con antecedentes violentos”.

Dudas sobre la efectividad del sistema

La fuga de Torres reavivó el debate sobre el uso indiscriminado de prisiones domiciliarias, especialmente para reincidentes y personas con antecedentes graves. Además, se reforzó la seguridad sobre la expareja de Currumán, por temor a un eventual ataque, que finalmente no ocurrió.

Por ahora, el único que sigue prófugo es Torres, mientras se espera una revisión de criterios judiciales y protocolos de monitoreo electrónico.