top of page
  • Foto del escritorNQP/NOTICIAS

Rio Negro: Tras un 2022 malo, la producción bovina se recupera.

Es 2022 se cortó una línea ascendente de actividad ganadera en la provincia. Una serie de factores económicos y el incremento en el precio del maíz para la hacienda obligó a pequeños productores a frenar el engorde y reducir la cantidad de animales.

El precio del maíz llevó a que muchos y pequeños productores abandonen el engorde de animales el año pasado.

Lentamente, la producción ganadera en la provincia de Río Negro busca repuntar no sólo en la calidad sino también en la cantidad de ganado, después de un año que obligó a los pequeños productores a reducir gastos como consecuencia de varios factores, entre ellos el elevado costo del maíz y de los suplementos alimentarios.


El problema comenzó con los altos índices de inflación que no se trasladaron directamente al precio de la carne. Rápidamente, aquellos ganaderos que años anteriores traían animales al Alto Valle para su “engorde” tuvieron que suspender ese eslabón de la producción ante las importantes pérdidas que les iba generando y que podían notar día tras día.


170.000 son los animales que se faenan por año en la provincia de Río Negro. La mayoría en Viedma, Roca y Valle Medio.

“El gran problema del año pasado fue que el precio del gordo (animal terminado con destino a faena) no tuvo el aumento a la par de la economía y de la inflación”, explicó el director de Ganadería de Río Negro, Tabaré Bassi, al realizar una evaluación de la situación en el territorio provincial.

Y detalló que por ejemplo, desde julio a diciembre el precio por kilo se mantuvo entre los 390 y los 420 pesos por kilo, muy por debajo de los índices de inflación que se incrementaban todos los meses.

“Fueron seis meses donde el precio estuvo prácticamente planchado por el problema de la sequía a nivel nacional y hubo una liquidación de stock. Mucha oferta de hacienda para faenar”, expresó.

Pero hubo un factor que impactó fuerte en las cuentas de los ganadores no sólo de Río Negro sino también del resto del país que fue el precio del maíz para el alimento.

“El precio histórico en el puerto de Bahía Blanca era de 175 dólares la tonelada y el año pasado se fue a 250 dólares”, subrayó Bassi.


640 son los pesos que se pagan por el kilo de carne de animal en pie. En enero se pagaban apenas 420.

Las cuentas no daban porque el precio de la carne se mantenía mientras que el alimento aumentaba de manera considerable.

Si se tiene en cuenta que una vaca consume un 3% de su peso vivo (un animal ronda los 350 kilos), se necesitan 9 kilos de alimento por día, lo que dejaba a cualquier productor lejos del valor de mercado. A eso hay que sumar el precio del suplemento proteico por animal que está elaborado en base a soja, girasol y también hay que sumar algo de fibra y fardo.

Básicamente un animal se mantienen con un 70% de maíz, un 20% de concentrado proteico y un 10 % de rollo o fardo.


Tabaré Bassi es el director de Ganadería de la provincia de Río Negro.

Para Bassi la reducción en la cantidad de hacienda vino a frenar un crecimiento en las cabezas de ganado en Río Negro que venía en franco aumento durante la última década.

“Hace diez años teníamos 40 mil cabezas de ganado y hoy hay 180 mil para engorde. Crecimos más del 400 % durante los últimos años”, detalló.

Y explicó que en Río Negro el total de animales supera las 700 mil cabezas. Según el funcionario, las consecuencias más directas las afrontó el productor mas pequeño que no tiene el respaldo económico para superar un desfasaje económico tan importante y en tan poco tiempo.

“En la provincia tenemos muchos productores de menos de 250 cabezas y son los que sufrieron más el incremento del maíz”, señaló.

Y remarcó que aquellas empresas que producen su pasto y maíz y no tienen que salir a comprarlo han logrado mantener la cantidad de hacienda.

Lo que sucedió fue que aquel productor pequeño no le cerraban los números y terminó por desconectarse de ese eslabón para sólo dedicarse a la cría o a la reproducción.


Al productor pequeño no le cerraban los números y terminó por desconectarse de ese eslabón para sólo dedicarse a la cría o a la reproducción.

Desfasaje Bassi destacó que este es un sistema cíclico y que por ese motivo ya en los primeros meses del 2023 el engorde comenzó a activarse nuevamente por el precio de la hacienda en pie que de los 420 pesos por kilo de enero y los 475 de febrero pasó a costar 640 pesos en marzo.

“Esto quiere decir que el engorde comenzó a generar rentabilidad nuevamente, esa es la buena noticia para los productores. La mala es que el aumento se trasladó al consumidor”, resumió el referente del área de Ganadería de la provincia quien se mostró optimista en que este cambio modificará el cuadro ganadero este año.


La faena en Río Negro Por años se faena unas 170 mil cabezas. El 90% se faenan en tres frigoríficos: Fridevi, J.J. Gómez y el de Luis Beltrán. Luego hay otros de menor escala en Jacobacci, Bariloche y El Bolsón.

El 75% de los animales engordados se faenan y se consumen en la provincia de Río Negro, mientras que el resto se trasladada a otras regiones de la Patagonia como Neuquén y Chubut.


No repunta la producción ovina en la región Sur


En la región Sur de la provincia de Río Negro la situación parece que se complica año tras año, según señaló ayer el presidente de la Sociedad Rural, Baldomero Bassi.

El dirigente recordó que vienen afrontando una sequía histórica que comenzó entre los años 2006 y 2007.

“Después vinieron las cenizas del volcán y ahora otra vez la sequía que afecta todos los campos de la zona ubicada al sur del río Negro”, explicó.

A esto hay que sumar el tema de las plagas como las de pumas y zorro colorado que también afectan a los pequeños productores.

“A todo eso tenés que sumarle el valor de la lana en el mercado que en un tiempo se llegó a pagar 8 dólares el kilo y ahora está cerca de los 4”, enfatizó el dirigente.

Todas las cargas

El dirigente de la Sociedad Rural del Alto Valle señaló que uno de los mayores problemas que afronta el productor -ya sea ovino o bovino- tiene que ver con las cargas impositivas que se ejercen.

“Pasa con la soja y con todas aquellas materias primas exportables. Pasa con la lana y con la carne”, sostuvo Bassi quien aclaró que la situación realmente resulta compleja porque muchas de estas personas crían pequeñas cantidades de animales.

En Río Negro el 85% de los productores laneros tienen más de 1500 ovejas y después están los otros que son los que tienen menos de 500 y tienen ovejas para la subsistencia.

“A todo esto agregale que tenemos el desdoblamiento del dólar. Todo eso complica el negocio y hace que mucha gente emigre del campo hacia las grandes urbes.

“La situación tiende a que muchos jóvenes no quieran estar más en la zona rural y hoy se encuentra sólo a gente mayor. Cuesta continuar con la actividad productiva”, señaló.


Un subsidio de 600 pesos por oveja


En marzo de este año, el gobierno nacional comenzó a pagar el subsidio del Plan Lanar que entregaba un aporte de 600 pesos por cada oveja a los productores de la Patagonia.

Se trata del Programa de Compensación Económica para Pequeños y Medianos productores de lana ovina de la Región Patagónica, que fue anunciado en noviembre del 2022. Para el presidente de la Sociedad Rural es un aporte que no ayuda mucho a los productores aunque explicó que aguardan otro subsidio para fortalecer al sector ovino de la Patagonia.

0 comentarios
Banner_Puerto_USH_780x90.gif
bottom of page