El gobierno de Tierra del Fuego y el Ministerio de Transporte de la Nación relanzaron el proyecto para concretar una conexión marítima entre esa provincia insular y Santa Cruz, lo que además de cuestiones de soberanía, implica quedarse con un negocio millonario vinculado con el transporte logístico y de pasajeros en la región.
El llamado "Cruce por aguas argentinas" constituye un reclamo histórico de los fueguinos, que carecen de una conexión terrestre con la zona continental del país y que sólo pueden acceder a territorio santacruceño pasando previamente por Chile.
Para ello, tanto vehículos particulares como camiones de carga deben realizar un periplo que incluye cuatro aduanas; dos en San Sebastián, en el norte fueguino, y otras dos en Monte Aymond, en el sur de Santa Cruz, lo que implica más de 200 kilómetros de rutas chilenas y el cruce en barcaza del Estrecho de Magallanes.
Es por eso que el Gobierno Nacional y las autoridades provinciales retomaron este año la iniciativa de construir instalaciones portuarias en Tierra del Fuego y Santa Cruz para establecer un cruce marítimo regular por aguas nacionales, a través de buques portacontenedores.
Funcionarios de la Administración General de Puertos (AGP) contrataron en agosto a una consultora que analizó los posibles puntos de conexión entre ambas provincias.
A fines de octubre, la empresa comunicó que la cabecera fueguina se ubicará en la Bahía de San Sebastián (cerca de la frontera con Chile) y la santacruceña será en Punta Loyola, en las proximidades de la ciudad de Río Gallegos.
Según el interventor de la AGP, José Beni, la consultora que realizó los estudios técnicos avanzará ahora con el diseño de los anteproyectos de los pliegos de licitación. (ADNSUR)
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