En la segunda jornada de debate, unos 20 oradores convocados por los partidos políticos detallaron las ventajas y desventajas de un cambio de sistema. Qué argumentaron quienes plantean continuar con el modelo actual
El debate en torno a la implementación de la Boleta Única de Papel continuó hoy en la Cámara de Diputados con una reunión informativa en la que expusieron académicos y especialistas en sistemas electorales.
Durante el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, la mayoría de los expositores argumentó en favor del cambio del sistema. El debate continuará hasta el 31 de mayo, cuando se deberá emitir un dictamen para cumplir con el emplazamiento que impulsó la oposición en el recinto.
La primera en tomar la palabra fue Julia Mares, doctora en Ciencia Política y jefa de asesores del Gobierno porteño, quien destacó que el sistema actual de boleta partidaria “no garantiza que el elector encuentre toda la oferta electoral” a raíz de problemas logísticos para la reposición y de prácticas como el robo de boletas.
Luego fue el turno del ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, cuya provincia implementó la Boleta Única Electrónica en 2009. El ex diputado advirtió que en la Argentina “una abrumadora mayoría nota que votaron un presidente y terminan votando un concejal”. En ese sentido, señaló que la BUP puede remediar esa “percepción de ausencia de voluntad plena de aquel que va a votar y termina votando cualquier cosa’'.
Las politólogas de la UBA, Malena Magnasco y Laura Levy Hara advirtieron sobre los peligros de “dejar afuera de la representación a las mujeres por su género”. Según su visión, el diseño de la BUP en combinación con el hecho de que históricamente los hombres encabezan las listas, podría afectar la igualdad de género.
“Cuántos más partidos juegan la elección más se reduce el espacio. En las últimas elecciones participaron 561 partidos. Solo vamos a llegar a ver las cabezas de lista, encabezadas por hombres”, explicaron.
El ex funcionario nacional y ex diputado de la Coalición Cívica, Adrián Pérez, enfatizó que en la región todos los países menos Argentina y Uruguay cambiaron hacia la BUP. “A ningún país se le ocurrió volver, lo cual evidencia las ventajas”, sintetizó.
Por otro lado, propuso dividir en una boleta única para los cargos nacionales y otra para los cargos provinciales cuando hay simultaneidad entre los comicios.
A su turno, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, habló sobre la experiencia santafesina con la BUP. Entre sus cuestionamientos al sistema actual, destacó que “está privatizado porque depende de la capacidad de los partidos de sostener la boleta en el cuarto oscuro durante toda la jornada electoral”.
Además, denunció “el negocio de infinitas agrupaciones que crean partidos que no imprimen las boletas porque no les interesa ser elegidos, sino la plata que paga el Estado”. Y agregó: “Argentina paga miles de millones a entidades que son ficticias”.
A modo de ejemplo, la profesora de la Universidad Di Tella Ana María Mustapic, recordó que el financiamiento que el Estado otorga para la impresión de boletas “alienta la presencia de partidos poco representativos”. “Un partido presentó seis listas a las PASO, todas las listas juntas votaron 32 mil votos pero recibió financiamiento para 9 millones de boletas”, detalló.
A favor del sistema actual se manifestó el politólogo Andy Tow, profesor e investigador de la UNTREF. “El sistema de boleta partidaria es versátil, especialmente para la construcción de coaliciones multinivel. El objetivo de convocar a elecciones simultáneas es la posibilidad de unir y sumar fuerzas en varios niveles de gobierno mediante una oferta unificada. En la boleta partidaria la papeleta es la misma para todos los tramos de la agrupación entonces el voto a un cargo hace más probable el voto en los demás cargos”, explicó.
Por otro lado, dijo que “la concurrencia reduce la fragmentación de la oferta electoral y los costos de la organización de los comicios, sino que facilita la fiscalización. Las trampas son más difíciles cuando hay autoridades federales y nacionales”.
En la misma línea, Santiago Alles, politólogo de la Universidad de San Andrés, planteó que la BUP hace que la cantidad de partidos tienda a crecer “porque ya no es necesaria la estructura para participar”. Por lo tanto, se incrementa también la fragmentación. “En Salta al reducir la centralidad de los partidos, las figuras de los candidatos se vuelven más importantes, se personaliza la política”, dijo.
Facundo Cruz, profesor de la UBA y la Universidad Di Tella, afirmó que “no hay evidencia sistemática de que algo esté saliendo mal” con el sistema actual. Al contrario, planteó que “genera confianza de los partidos, de la Justicia y de la ciudadanía”. Además, señaló que la BUP no va a reducir la necesidad de fiscales, teniendo en cuenta que “con una cruz de birome se puede anular un voto”.
Tras esta primera tanda de 20 oradores, el debate continuará el próximo martes con el testimonio de más especialistas.
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