Guerra: 52 heridos por la explosión de fábrica rusa
El estallido sigue a una serie de ataques con drones en suelo ruso. Seis personas se encuentran en cuidados intensivos
Una enorme explosión este miércoles en los terrenos de una fábrica al norte de Moscú, que fabrica equipos ópticos para las fuerzas de seguridad de Rusia, dejó al menos 52 heridos, seis de ellos de gravedad, dijeron las autoridades. Y provocó más nervios entre los rusos, preocupados por los ataques de drones ucranianos en su país.
La explosión ocurrió en un depósito que almacenaba fuegos artificiales, aunque se encontraba en los terrenos de la planta de fabricación de productos ópticos de Zagorsk, según Andrei Vorobyov, gobernador de la región que rodea la capital rusa. Vorobyov dijo que la fábrica había alquilado el lugar para almacenamiento, pero luego afirmó que la planta en sí producía principalmente pirotecnia. Aclaró que la instalación “no ha tenido nada que ver con la óptica o la mecánica durante mucho tiempo”, a pesar de que el sitio web de la compañía dice que todavía fabrica esos productos.
“Unas 52 personas han solicitado asistencia médica”, dijo Vorobiov, en declaraciones a la televisión pública rusa. Seis personas se encuentran en una unidad de cuidados intensivos, precisó. La mayoría de los heridos presentan lesiones por esquirlas y cortes de diversa consideración.
Los motivos de la explosión no se conocen aún y podrían deberse a la infracción de las normas de seguridad. Cualquiera que sea la causa, la explosión produjo una columna alta de humo negro y aumentó el nerviosismo ruso por los ataques nocturnos de aviones no tripulados en Moscú, así como la alarma sobre el humo sobre el puerto de Sebastopol en Crimea.
Algunos medios rusos informaron que la explosión fue causada por un ataque con drones, pero varios funcionarios, incluidos Vorobyov y el Comité de Investigación ruso, lo negaron. Antes, los funcionarios dijeron que las defensas aéreas rusas derribaron dos drones que apuntaban a Moscú durante la noche, en lo que describieron como el último intento de Ucrania de atacar la capital rusa en una aparente campaña para desconcertar a los moscovitas y llevar la guerra a Rusia.
