La Vicepresidenta lanzó duras críticas contra la política económica, los ministros del Gabinete y el Movimiento Evita, la organización social más populosa y afín al Presidente
Dura, contundente y tajante. Cristina Kirchner volvió a cargar contra la gestión de Alberto Fernández y su estructura de poder. Tiró misiles contra dos ministros cercanos al Presidente, al Movimiento Evita, organización social afín a Fernández, y al propio Jefe de Estado, por su gestión y sus decisiones en el rumbo económico del Gobierno.
En el Frente de Todos no hay paz. No hay tregua. No hay armisticio verbal. La coalición oficialista es un hervidero permanente, que cada vez que habla la Vicepresidenta, llega a su punto de ebullición. La demostración de buena voluntad en el acto de YPF fue una puesta de escena. Lo deja en claro el contenido del acto de este lunes en Avellaneda.
CFK aseguró que el déficit fiscal no es la causa de la inflación desmedida que sufre la Argentina en la actualidad. Justamente lo contrario a lo que cree el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien entiende que hay que ir reduciendo el déficit lentamente porque sino la gestión se vuelve inviable.
“Este proceso inflacionario es consecuencia del endeudamiento criminal del macrismo”, aseguró en uno de los pasajes más efusivos de su discurso. Y siguió: “Cada vez que el país se endeuda en dólares, la economía bimonetaria hace estallar el país por los aires”. Las críticas fueron consecutivas y abrumadoras.
En otro pasaje de su discurso se refirió a la reducción de los planes sociales y resaltó la figura del ex ministro de Trabajo Carlos Tomada. Irónicamente dijo, en reiteradas oportunidades, que fue un gran ministro. La intención fue clara. Marcar la contracara del ministro actual, Claudio Moroni, uno de los ministros más cercanos al Presidente y apuntado por CFK como uno de los funcionarios que no funcionan”.
Fue ligado a ese tema que afirmó que el gobierno nacional no puede tercerizar más la adjudicación de los planes sociales, como lo hace el ministerio de Desarrollo Social hasta ahora, dándole a cada agrupación una determinada cantidad. La crítica fue dirigida al Movimiento Evita que conducen Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.
“Si Evita los viera”, sostuvo volviendo a aferrarse a la ironía como una estrategia para comunicar y cuestionar en la misma cantidad de segundos. Una vez concluido el acto uno kirchnerista paladar negro sentenció: “Pérsico no les da planes a las agrupaciones kirchneristas, pero les da al Evita para hacerle la interna a Cristina y al Polo Obrero, que quieren voltear el Gobierno”.
Emilio Pérsico está a cargo de la secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social. El kirchnerismo le apunta a él y a Navarro como responsables de lo que consideran que es “una discriminación” contra el sector K de las organizaciones sociales. “Alberto los banca porque se come el cuento de que son su base de sustentación política”, advirtió un importante dirigente de La Cámpora.
En Avellaneda el acto tuvo una impronta electoral muy clara. Cristina habló en más de una oportunidad del 2023 y de la necesidad de que el Presidente y el Gabinete “agarren la lapicera” caigan sobre las empresas que son parte de un “festival de importaciones” y, en consecuencia, que generan una enorme salida de dólares del país.
Más allá de las duras críticas a la gestión económica del gobierno nacional, quiso dejar en clara que no tiene voluntad de romper la coalición. No solo no lo hará, sino que cree que la discusión se tiene que dar levantando la voz, como lo hizo ella, pero sin generar la ruptura del espacio político por tensar demás.
“La unidad del Frente de Todos nunca estuvo ni estará en discusión”, afirmó. La frase retumbó en el predio La Estación, ubicado en Avellaneda, donde la CTA, conducida por Hugo Yasky, realizó un plenario. Fue, en verdad, una excusa para darle una plataforma política a la Vicepresidenta que, cada vez que habla, genera revuelo en la vida interna del Gobierno.
Durante su discurso Cristina nombró en tres oportunidades a Axel Kicillof, quien siguió todo el acto sentado en la primera fila del auditorio. Lo destacó política y económicamente. En este tiempo preelectoral las señales empiezan a leerse detrás de cada gesto. Las ausencias y las presencias, los nombres alabados y los más críticas. El gobernador de Buenos Aires tuvo un lugar destacado.
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