🥩 El Gobierno elimina el peso mínimo de faena: arranca una nueva etapa en el sector cárnico

La medida regirá desde 2026 y busca liberar al sector de trabas históricas. La producción ganadera podrá decidir cuándo faenar, sin límites mínimos.

El Gobierno nacional oficializó este martes la eliminación del peso mínimo obligatorio para la faena de bovinos, una medida que entrará en vigencia el 1° de enero de 2026 y que forma parte del proceso de desregulación económica impulsado por la administración de Javier Milei.

Fin a una política de casi dos décadas

Desde 2007, con la resolución 68, el Estado imponía un peso mínimo para la faena que fue evolucionando con los años:

• En 2010 se fijó en 99 kg por media res.

• En 2019 se diferenciaron los mínimos por sexo: 165 kg para machos y 140 kg para hembras.

Sin embargo, la Secretaría de Agricultura sostuvo que estas normas no generaron mejoras sostenidas en la productividad ni en la calidad de la carne. Según el análisis oficial, los cambios en el peso promedio de faena se explican más por factores como el clima, los mercados o las restricciones a la exportación, que por la regulación vigente.

Argumentos oficiales

El Ministerio de Economía remarcó que la normativa eliminada:

“Generó un escenario de incertidumbre normativa que perjudicó la autonomía de los productores”.

Y añadió que la nueva medida:

“Permitirá dinamizar la economía y liberar el potencial de los sectores productivos del país”.

Se indicó que los productores “tienen la capacidad técnica y experiencia para determinar el momento óptimo de faena”, por lo que no se requiere más intervención estatal.

Transición ordenada

Aunque la eliminación es definitiva, la implementación será gradual. Hasta el 1° de enero de 2026 seguirán vigentes los requisitos actuales, incluyendo las sanciones. El plazo apunta a que toda la cadena productiva (productores, frigoríficos, exportadores) pueda adaptarse al nuevo esquema.

Un nuevo paradigma

Esta decisión se enmarca en el DNU 70/2023, que habilita la desregulación de múltiples sectores económicos. El Gobierno busca avanzar hacia un modelo de libre competencia, con menor intervención estatal y mayor protagonismo del mercado.

Con esta medida, se da por cerrada una etapa de regulaciones en la industria cárnica, habilitando a los productores a decidir libremente, según su lógica de negocio y sin imposiciones externas.