Por la caída de la producción de GLP, el 80% del gas que consumen 16 localidades abastecidas por Hidenesa se transporta en camiones provenientes de Bahía Blanca.
Paradójicamente, en la provincia de Vaca Muerta, la segunda fuente de recursos no convencionales más grande del mundo, el gas que consumen varias localidades de la cordillera neuquina llega en camiones desde Buenos Aires, provincia que no produce una molécula de hidrocarburos.
Por cuestiones técnicas de coyuntura que se espera se corrijan a corto plazo, en el invierno, gran parte del gas que necesitan localidades del interior neuquino que no están conectadas a los sistemas de transporte viaja más de 500 kilómetros por gasoducto hasta Bahía Blanca para regresar por vía terrestre tras un recorrido de más de mil kilómetros.
Se trata del GLP (gas licuado de petróleo), un subproducto del gas denominado propano comercial, que necesita la empresa del estado provincial Hidenesa (Hidrocarburos del Neuquén SA) para abastecer a 16 poblaciones del interior neuquino.
Por la declinación natural que vienen registrando en los últimos años los yacimientos convencionales, los puntos de suministro de GLP en la provincia comenzaron a mermar su producción, lo que ha generado la necesidad de acudir a Bahía Blanca, el principal nodo de fraccionamiento del gas de Neuquén y de las cuencas del sur del país, donde compañías como TGS y MEGA recuperan los componentes más ricos del gas natural, los líquidos (etano, propano, butano y gasolina natural).
“Desde 2019 en adelante comenzamos a hacer mayor cantidad de viajes a Bahía Blanca y se ha acentuado aún más este año, por la baja de la producción de GLP en El Portón, que es nuestro punto de abastecimiento más cercano”, explicó a +e el presidente de Hidenesa, Sergio Schroh.
La compañía neuquina tiene un cupo para este año de 31.100 toneladas de GLP aprobado por Secretaría de la Nación, sobre un total de 150.000 toneladas para todas las subdistribuidoras del país. Ese volumen es subsidiado por el Estado nacional.
En Neuquén, para transportar esas cargas, se necesitan 1200 viajes de camiones, el 80% provenientes de Bahía Blanca. En invierno, por la mayor demanda, se mueven entre 50 y 60 equipos para abastecer a las localidades neuquinas. Los mayores costos de la logística son absorbidos por el Tesoro de la provincia.
En verano, como el consumo baja drásticamente, Hidenesa se abastece de productores locales que separan el gas en los yacimientos. “Tenemos alguna noticia alentadora que indica que desde el año que viene se va a poner en marcha alguna nueva planta de separación en provincia, lo cual aliviará un poco las finanzas de Hidenesa y del Estado”, dijo Schroh.
Según pudo averiguar +e, productoras tienen planificadas importantes inversiones en instalaciones de procesamiento de gas en la zona de Loma La Lata para recuperar los gases ricos de la producción de Vaca Muerta, que estarían disponibles a partir de 2023.
Sin embargo, a largo plazo, el desarrollo de Vaca Muerta -además de obras en transporte- requerirá de una nueva planta de turboexpander criogénico, que demandará una inversión del orden de los 1000 millones de dólares, y que permitiría generar exportaciones de GLP por hasta 500 millones de dólares al año. La locación debe definirse entre Bahía Blanca o Neuquén y deberá ir acompañada de un poliducto de más de 570 km hasta el puerto bonaerense.
El mercado del GLP en la Argentina es chico, la mayor demanda se encuentra en el exterior. El negocio doméstico no es tentador para las productoras, que deben aportar a los cupos establecidos por Secretaría de Energía, a precio subsidiado; ni para el Estado nacional que subvenciona el gas y tampoco para la Tesorería de Provincia que debe sostener los costos de logística porque Hidenesa recupera vía tarifa una parte ínfima.
La idea de la empresa neuquina es dejar de depender del GLP mediante la conexión de las localidades con más usuarios al sistema de gasoductos. Para ello, buscará obtener financiamiento de Nación a través del programa denominado Acercar Gas, que financia obras en diversos puntos del país.
“Hicimos algún approach la semana pasada con Secretaría de Energía, estamos evaluando la posibilidad de presentarnos con una solicitud de financiamiento para conectar Aluminé, que es la planta más grande que tenemos, con 2000 usuarios que demandan unas 12 mil toneladas al año. Estamos planteando la posibilidad de interconectar el Gasoducto Cordillerano que ingresa a Junín y San Martín de los Andes, con una obra que nos permita sustituir GLP con gas natural.
Todavía es una idea muy básica, aún hay que plasmarla en anteproyecto y elevarla a Secretaría de Energía para su aprobación si es que hay presupuesto”, señaló Schroh.
Se trata de un tendido de 90 kilómetros desde El Cordillerano hasta Aluminé, y otros 60 kilómetros hasta Villa Pehuenia, ambas localidades de gran movimiento turístico.
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