La Vicepresidenta alimentó el “operativo clamor”, se diferenció del Gobierno sin criticar a Sergio Massa y ya teje el armado electoral con los dirigentes del Conurbano. Los siete ejes del plan “volver”.
Cristina Kirchner reunió el jueves a toda la militancia K en La Plata para articular un discurso de fuerte tono electoral, con el que empezó a instalar su candidatura presidencial y buscó posicionarse como la única peronista capaz de evitar que la oposición retome el poder.
Sin decirlo abiertamente, la Vicepresidenta dejó en claro que la madre de todas las batallas será la provincia de Buenos Aires. Tanto es así que Cristina Kirchner basó una gran parte de su discurso en las dos grandes preocupaciones del conurbano: la inseguridad y la inflación.
Los siete ejes “volver” en los que trabaja Cristina Kirchner para rearmar su candidatura presidencial
Volver porque los que están ahora son otros, que cambiaron las ideas que ella pregona (por ejemplo, no acordar con el FMI), aunque ella haya elegido a Alberto Fernández como candidato.
Volver, porque sintió necesario viajar al pasado paran invocar a Juan Domingo Perón y aludir a los montoneros del setenta, para refugiarse en esa historia que nunca compartió. Y así decir que el peronismo luchó por la libertad.
Volver porque Néstor y Cristina, dice ella, supieron gobernar durante tres mandatos y lo hicieron bien. Recurrió a la remanida idea de nosotros o nadie.
Volver porque el peronismo, sin ella, estará “dividido” y será “inocuo” para encarar un cambio y ella es la única capaz de articularlo.
Volver, dice Cristina, para volver a ser la Argentina que fuimos, aunque olvida que el kirchnerismo gobernó 15 de los últimos 19 años y, ahora, medio país está sumergido en la pobreza.
Volver porque ella se siente eterna, pero desprecia a los jueces que, por imperativo de la Constitución nacional, permanecen en sus cargos de por vida para asegurar que sean independientes.
Volver, porque, asegura Cristina, lo nuevo y el cambio es el kirchnerismo.
Un discurso lleno de sofismas y contradicciones, durante el cual Cristina se zambulló en el pasado mítico para encarnar el cambio y el futuro. Volver al futuro pero sin la imaginación de Robert Zemeckis. Es decir, sin cambiar nada.
