Ya desde este fin de semana hubo quienes lanzaron los “primeros tiros de pesca” en el ambiente costero más cercano al pueblo. “Encima, toca lunes y hay que trabajar. Ya sacamos los permisos y también aprovechamos para acampar una noche con los amigos, lógicamente la juntada incluye un buen asado, unos tintos y mentir un rato”, graficó ayer un lugareño en la cabecera norte del lago Rivadavia.
No obstante, los ríos, arroyos, lagunas y espejos lacustres del corredor andino están condicionados por la emergencia hídrica derivada de un invierno con escasas nevadas y lluvias, con bajantes que normalmente comienzan en enero. Al respecto, el pescador local Diego Boudargham en diálogo con Jornada graficó que “después de varios meses de abstinencia, estamos anhelantes por largar la temporada. Las truchas estuvieron tranquilas, así que las capturas seguramente serán muy buenas. Por desgracia, hay muy poco agua y habrá que tener mucho cuidado en no pisar las camas de desove para no dañarlas”. También pidió “extremo cuidado con el fuego, porque será un verano muy seco y con riesgo permanente de incendios. Si la opción es hacer un asado, utilizar exclusivamente algún lugar habilitado”.
Por su parte, Cholila sigue siendo “un destino privilegiado” para los pescadores del mundo entero. Así lo acreditan la calidad y tamaño de sus truchas, salmones, percas y pejerreyes nativos, la cantidad de “pesqueros” a lo largo de su geografía y la oferta (y fama) de sus guías y servicios de alojamiento, gastronomía y conectividad.
“En nuestro pueblo, el pescador tiene la posibilidad de disfrutar de cuatro lagos y varios ríos en pocos kilómetros, que conlleva la oportunidad de practicar su deporte favorito en varios ambientes en pocos minutos”, valoró Marcos Jaegger, propietario de una hostería y lodge en el lago Mosquito.
A la hora de elegir un lugar, las vertientes de los arroyos Tigre, Blanco, Villegas, Pedregoso y Turco -que bajan de las cumbres de los cerros Dos Picos y Tres Picos (los más altos de la provincia del Chubut)-, aportan en el lago Cholila los nutrientes para que las truchas a comienzos de la temporada ya estén activas y voraces.
Según explican los expertos, “son especies que se han adaptado al ambiente con una genética silvestre desde su introducción -hace más de cien años-, sin repoblamiento ni piscicultura, manteniendo inalterado su carácter indómito”.
En detalle, dicho curso hídrico “es ideal para una flotada de pesca por la tranquilidad con que corren sus aguas. Permite acceder fácilmente a las curvas, correderas y los pozones sombríos que esconden a las grandes piezas. El tamaño promedio de los peces oscila entre 1 y 1,5 kg con posibilidades de alcanzar algunos hasta los 2,5 kg”.
En Cholila también están considerados “muy buenos pesqueros” los lagos Mosquito y Lezana, aunque las piezas de mayor porte se han obtenido en el lago Rivadavia, en el límite del Parque Nacional Los Alerces. En este espejo aparecen numerosas bahías reparadas y playas con juncos de aguas bajas, ideales para intentar con todo tipo de señuelos. Al parecer, la diferencia está en “la claridad, la luz y la transparencia de nuestros lagos, uno de los lugares más prístinos y naturalmente armónicos de la Patagonia andina”. Lo cierto es que por estos pagos, “lo importante no es pescar, sino estar pescando”, aseguran los lugareños, para quienes también es fundamental “disfrutar de la mejor carne del mundo, con un buen asado entre amigos”. (JORNADA/CON SELLO PATAGONICO)
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