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Cáncer de vejiga: el agua es la clave para reducir las chances de padecerlo

Una buena ingesta diaria de líquido puede disminuir el riesgo en casi la mitad, ya que al aumentar la frecuencia en que se vacía evita que diversos químicos se acumulen.

Mayo es el mes mundial del cáncer de vejiga. shidlovski - stock.adobe.com

La incidencia del cáncer de vejiga, según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), ocupa el noveno puesto en la Argentina, con 3.631 casos y 1.599 muertes al año aproximadamente.


Alrededor de 9 de cada 10 personas con este cáncer tienen más de 55 años y se sabe que la edad promedio al momento de realizarse el diagnóstico es de 73 años.


A pesar de la tasa elevada de casos, en la mayoría de las situaciones, el paciente puede obtener tratamientos e incluso contar con medicina de precisión en vejiga para personalizar su atención médica y ofrecerle una mejor calidad de vida.

“El síntoma más frecuente del cáncer de vejiga es el sangrado al orinar, llamado hematuria, que puede ser completamente indolora, o asociada a síntomas irritativos como ardor o una necesidad urgente de orinar”, Fernando Galanternik (M.N. 138.481), médico oncólogo e investigador clínico de CEMIC y FUNDALEU.


Estos síntomas pueden ser intermitentes, y muchas veces son muy parecidos a condiciones benignas, por eso es muy importante la consulta con un especialista.


Cómo se realiza el diagnóstico del cáncer de vejiga


“El diagnóstico se realiza a través de una cistoscopia, que permite inspeccionar la vejiga por su interior, y tomar biopsias de cualquier lesión sospechosa en manos de médicos urólogos capacitados”, indica el experto.


En estadios iniciales, el tratamiento es curativo y consiste en la extirpación de la lesión mediante cistoscopio o resección transuretral. Tras el análisis del material extirpado, se valorará si es necesario administrar instilaciones endovesicales (introducir medicamentos directamente en el interior de la vejiga) de fármacos quimioterápicos o inmunoterápicos para evitar las recurrencias.


En tumores infiltrantes, el tratamiento de elección es la cistectomía radical (extirpación completa de vejiga y próstata, en el caso de los hombres). La cirugía mínimamente invasiva permite tanto la cistectomía robótica como la sustitución por una vejiga nueva hecha de intestino.


En muchos casos, luego de recibir tratamiento, las personas tienen un riesgo considerable de tener una recurrencia, es decir, que vuelva a aparecer un tumor en la vejiga. Esto obliga a hacer un seguimiento cercano de los pacientes con cistoscopias y representa un problema de salud pública importante.


Factores de riesgo para el cáncer de vejiga


El tabaquismo es el principal factor de riesgo para la enfermedad, pudiendo triplicar la incidencia. Se halló evidencia de que fumar está relacionado con la mitad de los casos diagnosticados. Además, la exposición a ciertos químicos industriales, como las aminas aromáticas, la contaminación del agua con arsénico y la irritación crónica de la vejiga pueden asociarse a este tumor. Otros factores, como la radioterapia y ciertos medicamentos, son menos relevantes.

“Sorprendentemente, una buena ingesta diaria de agua puede disminuir el riesgo en casi la mitad, ya que al aumentar la frecuencia en que se vacía la vejiga, evita que diversos químicos se acumulen en ella”, señala Galanternik.


Fuente: TN

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